WLFI y USD1: otro monumento al ego, la avaricia y el abuso de poder de la familia Trump

Mientras muchos celebran la irrupción del token WLFI en el mundo cripto como una jugada brillante, pocos se detienen a mirar lo que realmente representa: un banco central privado disfrazado de innovación, creado por una de las familias más poderosas y polémicas del planeta. Y peor aún: impulsado desde la mismísima presidencia de los Estados Unidos.

Detrás del token WLFI se esconde USD1, el stablecoin oficial de World Liberty Financial, respaldado por dólares y bonos del Tesoro estadounidense. A primera vista, todo parece legítimo: USD1 promete estabilidad, liquidez y transparencia. Pero si uno rasca un poco, descubre un mecanismo perfecto para enriquecer sin límite a la familia Trump, a costa de la fe ciega de millones de inversores.

La trampa detrás del dinero “estable”

USD1 funciona como una auténtica máquina de imprimir dinero. Solo por mantener en reserva activos seguros como bonos del Tesoro, genera rendimientos del 5 % anual. Así, con 10.000 millones de USD1 en circulación, se generan 500 millones al año. Si alcanzan los niveles de Tether o USDC, los beneficios pueden superar los 6.000 millones anuales. Sin mover un dedo. Sin producir nada. Solo por custodiar.

Ahora bien, ¿quién se queda con todo ese dinero? La familia Trump. Literalmente.

Un proyecto disfrazado de descentralización

WLFI, presentado como token de gobernanza, es en realidad un mecanismo para capturar y multiplicar los beneficios generados por USD1. La familia Trump controla más del 60 % de World Liberty Financial y posee más de 22.500 millones de tokens WLFI. Además, tienen derecho al 75 % de los ingresos netos del ecosistema. En pocas palabras: el negocio es suyo, las decisiones son suyas y las ganancias también.

En el momento de su lanzamiento, solo con la revalorización inicial del token y las operaciones masivas en exchanges, la fortuna de la familia creció en más de 5.000 millones de dólares. Y esto es solo el principio.

¿Qué tiene de malo esto?

Mucho. Este proyecto no solo consolida una acumulación obscena de poder económico y político, sino que lo hace desde una posición institucional sin precedentes: el presidente de EE.UU. y su familia se están beneficiando directamente de una empresa privada mientras diseñan la legislación que la regula.

Se están utilizando los instrumentos del Estado —legitimidad, influencia, poder mediático— para crear una infraestructura financiera global controlada por un clan familiar. Y todo bajo una capa de marketing cripto, narrativa populista y “descentralización” de mentira.

Riesgos para todos, beneficios para unos pocos

Este modelo representa un riesgo gravísimo para el sistema financiero global:

Concentración brutal de poder: lo que debería estar regulado por entidades públicas y democráticas está en manos de una familia millonaria. Conflicto de intereses descarado: impulsan regulaciones favorables desde el gobierno mientras recogen beneficios privados. Falta de transparencia: inversiones opacas desde estados del Golfo, relaciones con multimillonarios chinos, y estructuras empresariales casi imposibles de auditar. Especulación tóxica: WLFI se mueve por hype, política y promesas infladas, dejando a los inversores minoristas expuestos a grandes pérdidas mientras los fundadores se llenan los bolsillos.

La pregunta final

¿Realmente el mundo necesita otra moneda estable gestionada por millonarios sin escrúpulos?

Lo que estamos viendo con WLFI y USD1 no es innovación: es un abuso de poder a gran escala, legalizado por su propia influencia. Es otro ejemplo del ego de una familia que se cree por encima del resto del planeta. Un sistema diseñado para que ellos ganen siempre, mientras el resto asume el riesgo.

Y todo esto, mientras ocupan la oficina más poderosa del mundo.

🗝️ Que no te vendan libertad cuando lo que están construyendo es un imperio financiero privado.

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