El sector de los smartphones es uno de los más competitivos y despiadados de la tecnología. Lo que hoy es un éxito rotundo puede convertirse mañana en un recuerdo del pasado. Y si hay un ejemplo claro de esta fragilidad, ese es Sony: una marca legendaria que, a pesar de su peso histórico en la electrónica de consumo, sobrevive en el mercado móvil casi de milagro.
Sony: un gigante que no encuentra su lugar
Durante años, Sony fue sinónimo de innovación. Su serie Xperia ofreció diseños atractivos, pantallas de calidad y un sello de distinción en un mercado cada vez más homogéneo. Sin embargo, nunca consiguió traducir esas virtudes en ventas masivas.
El problema de Sony ha sido doble: por un lado, precios altos frente a rivales chinos mucho más agresivos; por otro, una estrategia de marketing débil y poco clara. Mientras marcas como Samsung y Apple supieron consolidar ecosistemas, y Xiaomi o Realme aprovecharon el boom de la relación calidad-precio, Sony se quedó en tierra de nadie: terminales con buena tecnología, pero sin la fuerza para competir en el escaparate global.
Hoy, su cuota de mercado móvil es casi anecdótica, y aunque sigue lanzando modelos, la percepción general es que se mantiene más por inercia que por verdadera ambición de competir.
El cementerio de gigantes: Nokia, Motorola, Blackberry y LG
La situación de Sony no es única. La historia de los smartphones está llena de marcas que lo fueron todo y acabaron desapareciendo (o perdiendo gran parte de su relevancia) por no adaptarse al ritmo del mercado.
- Nokia: líder indiscutible en la era de los móviles clásicos, perdió la batalla por resistirse demasiado al salto de los smartphones táctiles. Su alianza con Windows Phone no funcionó y acabó quedando relegada a un papel testimonial en Android.
- Motorola: fue pionera con terminales icónicos como el Razr, y aunque cayó en el olvido tras la llegada de Apple y Samsung, en los últimos años intenta recuperar algo de terreno con gamas medias competitivas. Aun así, está lejos de su época dorada.
- BlackBerry: símbolo del móvil profesional y la seguridad, no supo adaptarse al nuevo paradigma de apps y pantallas táctiles. Su teclado físico fue su fortaleza y, a la vez, su condena.
- LG: a pesar de arriesgar con diseños innovadores (pantallas curvas, módulos extraíbles, doble pantalla), nunca consiguió que el público conectara con sus apuestas. En 2021 tiró la toalla definitivamente en el negocio móvil.
Todas estas marcas comparten un patrón: no se adaptaron a tiempo a los cambios en la competencia y en las preferencias del consumidor. Ya sea por sistemas operativos fallidos, estrategias comerciales poco claras o falta de innovación real, acabaron cayendo ante el empuje de Apple, Samsung y la avalancha china.
El futuro de Sony en móviles
Sony aún no ha seguido el camino de LG o BlackBerry, pero el riesgo está ahí. Su supervivencia se sostiene más en el prestigio de su marca, la calidad de sus cámaras (que además suministra a muchos competidores) y su división de electrónica, que en sus ventas de smartphones.
En un mercado donde adaptarse rápido es la clave, Sony se enfrenta a la misma pregunta que un día tuvieron que responder Nokia o LG: ¿apostar fuerte para reinventarse o resignarse a un papel secundario?
El tiempo dirá si la compañía logra dar un giro de timón, o si terminará sumándose al listado de gigantes que un día dominaron el mercado… y que hoy son solo un recuerdo.