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¡QUÉ JUGADOR NOS PERDIMOS!: Hulk, el cañón que no vimos brillar en la élite

Cuando pensamos en futbolistas con unas condiciones físicas privilegiadas, es imposible no mencionar a Givanildo Vieira de Souza, conocido mundialmente como Hulk. Un delantero poderoso, con una pierna izquierda demoledora, capaz de marcar goles desde cualquier parte del campo, y con una zancada que combinaba fuerza bruta y velocidad en estado puro.

De Japón a la cima en Oporto

La carrera de Hulk empezó de forma curiosa: en Japón, donde jugó en el Tokyo Verdy, Kawasaki Frontale y Consadole Sapporo. Pocos imaginaban entonces que ese joven brasileño acabaría explotando en Europa, concretamente en el FC Porto, donde se convirtió en una auténtica estrella.

En Portugal, Hulk formó parte de uno de los mejores equipos del Oporto en lo que llevamos de siglo. Junto a Falcao, James Rodríguez, João Moutinho y compañía, Hulk fue clave en la conquista de la Europa League 2010/11, varios títulos de liga y copas nacionales. Era el jugador que rompía los partidos: velocidad, potencia, gol, y un disparo que metía miedo.

¿Y el salto de calidad?

Todo apuntaba a que Hulk daría pronto el salto a una de las grandes ligas. Se hablaba del Chelsea, del Real Madrid, incluso del PSG. Pero, en lugar de eso, en 2012 sorprendió al mundo fichando por el Zenit de San Petersburgo, un equipo económicamente fuerte, pero fuera del radar de la élite futbolística.

A partir de ahí, su carrera se centró más en lo económico que en lo deportivo. Primero en Rusia y luego en China (Shanghai SIPG), Hulk siguió siendo un jugador desequilibrante, pero ya lejos del foco internacional. El fútbol de élite se perdió a un jugador que, en sus mejores años, tenía condiciones para competir con los mejores del mundo.

El eterno «y si…»

Hulk era diferente. No era solo físico: tenía técnica, carácter, olfato de gol y esa zurda de hierro que parecía sacada de un cómic. Por eso, muchos nos seguimos preguntando: ¿qué habría pasado si en 2012 hubiese fichado por un grande europeo?

Quizás habría marcado una época en la Champions. Quizás habría sido uno de los delanteros más determinantes de su generación. Pero no lo sabremos nunca.

Epílogo: regreso a casa

En sus últimos años, Hulk volvió a Brasil para jugar con Atlético Mineiro, donde demostró que aún le quedaba gasolina. Incluso se mantuvo en forma lo suficiente como para seguir compitiendo a buen nivel en sus 35+ años.


Un jugador de videojuego en la vida real, que se quedó a un paso de ser leyenda mundial.


¿Te gustaría que el siguiente jugador fuera Robinho, Giovani dos Santos o Antonio Cassano? ¡Déjalo en los comentarios!


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