¿Por qué los juegos digitales son más caros que los físicos? El sinsentido de la nueva era gamer

El mundo de los videojuegos ha evolucionado… pero no necesariamente para bien. Si antes la ilusión era comprarte un juego nuevo, abrir su caja, oler el manual y colocarlo en tu estantería como un trofeo más, ahora todo eso ha desaparecido. Vivimos una era elitista y digital, donde los precios suben, el contenido baja, y el jugador es el que siempre pierde.

Lo peor de todo es que nos están vendiendo humo digital a precio de oro. Hoy en día es habitual ver un mismo título costando más en su versión digital que en formato físico. ¿Perdón? ¿No se suponía que lo digital era más barato? No hay disco, no hay caja, no hay transporte, no hay intermediarios… y aún así pagamos más. Y lo hacemos sin que nos den ni un triste argumento para justificarlo. Ni siquiera ese bonito discurso ecológico de que “así salvamos el planeta”.

Porque sí, la distribución digital ayuda a reducir residuos plásticos y la producción masiva de discos y embalajes. En 2025, el 95 % de las ventas de videojuegos ya son digitales, lo cual está generando un impacto medioambiental positivo: menos transporte, menos consumo de recursos, menos basura. Algunas compañías, como Xbox o Epic Games, han lanzado iniciativas para reducir consumo energético y emisiones. Incluso hay videojuegos que promueven el cuidado del medioambiente.

Pero… ¿todo esto justifica que nos cobren más por tener menos? No. Porque al mismo tiempo, los juegos digitales vienen sin manual, sin caja, sin posibilidad de reventa, sin opción a prestárselo a un amigo. Es decir, ni propiedad, ni libertad. Solo estás comprando una licencia de uso temporal que puede desaparecer de tu biblioteca si algún día la tienda cierra, el juego se retira o tu cuenta es suspendida.

Y lo más triste es que esto solo va a empeorar. Las consolas del futuro ya están viniendo sin lector de discos. Nos lo venderán como “el camino hacia la eficiencia”, pero no nos engañemos: es el camino hacia el control absoluto del mercado por parte de las grandes empresas. El mercado de segunda mano desaparecerá. Las ediciones físicas quedarán relegadas a coleccionistas y especuladores. Y lo que antes era una afición para todos, ahora será un lujo digital para quienes puedan pagarlo.

Mientras tanto, seguimos viendo juegos de hace 5 años aún a 70€ en tiendas digitales. Cuando toda la vida esos mismos títulos estaban por 10-15€ en cualquier tienda de segunda mano o en la estantería de un primo.

La industria se escuda en la sostenibilidad, pero…
¿de verdad estamos salvando el planeta o solo estamos ayudando a engordar los bolsillos de quienes controlan los catálogos digitales?

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