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La camiseta “manchada de ketchup” del Athletic Club: protesta visual que hoy vale más de 1.000 euros

En plena era del marketing deportivo, cuando los patrocinios dominan hasta la última costura de una camiseta, el Athletic Club de Bilbao rompió el molde en 2004. Aquella temporada, el equipo sorprendió al mundo con una elástica salpicada de rojo, que parecía manchada de ketchup. Pero no era un fallo de diseño: era una protesta sin palabras contra la mercantilización del fútbol.

Una camiseta sin patrocinador, pero con mensaje

Mientras la mayoría de clubes europeos ya llevaban marcas de bebidas, apuestas o tecnología en el pecho, el Athletic se mantenía fiel a su tradición: jugar sin publicidad. Y lo hizo con una prenda que no dejaba indiferente.

Diseñada por Nike, esta camiseta blanca con manchas rojas simulaba el efecto de salpicaduras de salsa, como una metáfora visual de que el fútbol estaba “manchado” por el dinero. Una crítica sutil, pero contundente, a la creciente presión comercial en el deporte rey.

Una única aparición, pero inolvidable

La camiseta se usó una sola vez: en un partido de Liga ante el Atlético de Madrid en el estadio Vicente Calderón. Parte de la afición la rechazó por considerarla excesiva o poco respetuosa con los valores tradicionales del club. Pero otros la celebraron como una obra de arte conceptual, una pieza que defendía la autenticidad en un fútbol cada vez más uniforme.

De polémica a objeto de culto

Con el tiempo, esta camiseta se ha convertido en una de las más raras, polémicas y valiosas del fútbol español. Nike no volvió a reeditarla y su escasa distribución la convirtió en un tesoro de coleccionista.

Hoy en día, una unidad original puede superar los 1.000 euros en subastas o plataformas de coleccionismo, siempre que esté en buen estado y conserve las etiquetas originales.

Una mancha que limpia

Lo que en su momento fue objeto de críticas, ahora es símbolo de resistencia. En un mercado donde los clubes cambian de camiseta tres veces por temporada, la elástica del “ketchup” es un recordatorio de que hay formas de decir mucho sin decir nada. Una prenda única que aún hoy grita autenticidad.

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