🎮 FIFA : Una saga que nos vendió el mismo juego una y otra vez

Durante décadas, millones de jugadores han comprado con ilusión cada nueva entrega de FIFA, esperando mejoras, sorpresas o simplemente una evolución del fútbol virtual. Sin embargo, al mirar atrás y analizar fríamente los últimos títulos de cada generación de consolas, la verdad salta como un penalti mal cobrado: EA Sports vendió año tras año prácticamente el mismo juego, a precio completo, con mínimas variaciones.

Desde PlayStation 2 hasta Nintendo Switch, pasando por portátiles como PSP o 3DS, se repitió un patrón abusivo disfrazado de continuidad. Las llamadas Legacy Edition se convirtieron en sinónimo de «nada nuevo»: mismo motor gráfico, mismas animaciones, mismos modos, solo cambiaban camisetas, nombres y menús. ¿Y el precio? El de un juego nuevo, como si estuviésemos pagando por una experiencia reinventada. Spoiler: no lo era.

PS3 y Xbox 360 fueron quizá los casos más sangrantes. FIFA 17 todavía ofrecía algo fresco, pero FIFA 18 y 19 fueron copias descaradas, vendidas como novedades. Las reseñas lo dejaron claro: era el mismo juego que dos años antes. En portátiles como PS Vita o Nintendo 3DS, la cosa fue aún más descarada. FIFA 13, 14 y 15 en Vita eran prácticamente clones, y en Switch la comunidad llegó a bautizar FIFA 21, 22 y 23 como «el mismo cartucho renombrado». Literal.

Lo más doloroso es que esto no fue un accidente. Fue un modelo de negocio. EA sabía que tenía una comunidad fiel, coleccionista, competitiva… y exprimió al máximo ese vínculo emocional. ¿El resultado? Más de una década de entregas que aportaban poco o nada, mientras el verdadero esfuerzo se volcaba en monetizar Ultimate Team.

Ni siquiera la llegada de nuevas generaciones como PS5 o Series X cambió la historia de forma radical. Sí, hubo mejoras visuales, más fluidez, animaciones nuevas… pero el corazón del juego seguía siendo el mismo. Jugabilidad conservadora, modos clásicos abandonados y la sensación constante de que FIFA no evolucionaba: solo se reciclaba.

Los jugadores han hablado alto y claro durante años. Quejas en foros, memes en redes, críticas mordaces… y al final, hasta la propia ruptura con la FIFA oficial fue un reflejo de esa necesidad de reinventarse. Pero para muchos, el daño ya estaba hecho: cientos de euros gastados en juegos que eran, en esencia, actualizaciones de plantillas.

La pregunta es: ¿cuántos FIFA compraste pensando que serían distintos? ¿Cuánto dinero has pagado por la ilusión de algo nuevo que nunca llegó?

Tal vez sea hora de exigir más que solo camisetas nuevas y estadísticas actualizadas. Porque si algo nos ha enseñado esta saga, es que no basta con cambiar el número en la portada para justificar 70 euros.

Etiquetado:

Deje un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *