Disney y Pixar suelen ser sinónimo de historias memorables, capaces de arrancarnos risas, lágrimas y reflexiones profundas. Pero con Red (Turning Red en inglés), parece que la magia se quedó a medio camino. La cinta no es un desastre, pero tampoco brilla como otros clásicos del estudio. Es, literalmente, el ni fu ni fa de Disney.
Una trama un poco sacada de la manga ✍️
La película nos presenta a Mei, una adolescente canadiense que vive en Toronto y que, de repente, descubre un “poder” heredado: cada vez que se emociona demasiado, se convierte en un enorme panda rojo gigante 🐼.
Aunque la premisa resulta llamativa y visualmente divertida, el desarrollo de la historia se siente improvisado. El guion avanza con ideas que parecen sacadas de la manga, sin terminar de cuajar. Es como si la película se apoyara demasiado en el recurso visual del panda y dejara en segundo plano la construcción de un relato sólido.
Lo bueno: el estilo y algunos detalles visuales 🎨
No todo es negativo. El apartado artístico brilla con colores vibrantes y una estética que mezcla la animación tradicional de Pixar con toques de anime japonés, algo poco habitual en Disney. La ambientación en los años 2000, con referencias a la cultura pop de la época, aporta un guiño nostálgico que muchos espectadores disfrutan.
También destaca la exploración de la relación madre-hija, que es tierna y sincera en ciertos momentos, aunque nunca llega a profundizar tanto como uno esperaría de un estudio acostumbrado a tocar la fibra sensible.
El final salva la película 🔥
Durante gran parte del metraje, Red transita entre la comedia ligera y los enredos adolescentes sin mucha fuerza. Sin embargo, en la recta final aparece la verdadera emoción. Las escenas de cierre sí transmiten esa energía épica y emotiva que esperábamos desde el principio. El problema es que para llegar allí, el espectador debe superar una primera hora bastante floja.
La joya escondida: la música de 4*Town 🎤🎶
Si hay algo que realmente se lleva el aplauso es la música. La boy band ficticia 4*Town, claramente inspirada en grupos como Backstreet Boys o NSYNC, regala la canción más pegadiza de toda la cinta.
Es tan contagiosa que probablemente salgas de la película tarareando el tema principal más que recordando la historia. En este punto, Disney supo conectar con la nostalgia de toda una generación que creció con las bandas de chicos de los 90 y 2000.
Conclusión: entretenimiento ligero sin llegar a clásico 🌟
Red es una película entretenida y visualmente atractiva, pero no alcanza la profundidad ni la emoción de otros títulos de Pixar como Coco o Inside Out. Queda en tierra de nadie: simpática, colorida, con una canción que levanta el ánimo, pero sin la fuerza narrativa necesaria para convertirse en un clásico.