Si alguna vez te preguntaste qué se siente estar en “modo fuego” en la NBA, la respuesta se resume en un nombre: Klay Thompson. El 23 de enero de 2015, este francotirador de los Golden State Warriors escribió su nombre con letras doradas en la historia de la liga al conseguir algo que parecía imposible: 37 puntos en un solo cuarto, incluyendo 9 triples sin fallo.
El contexto
Era un partido de temporada regular frente a los Sacramento Kings, y al descanso el marcador no presagiaba nada fuera de lo normal. Pero en el tercer cuarto, Klay activó el modo leyenda.
Una lluvia de triples… y puntos
- 13/13 en tiros de campo en el cuarto.
- 9/9 en triples.
- 37 puntos en 12 minutos.
- Ningún tiro libre. Solo puro tiro exterior.
Ese tercer cuarto fue una masterclass de precisión, movimiento sin balón y confianza desbordada. Cada tiro era más difícil que el anterior… y aun así todos entraban. El público no sabía si gritar, reír, o frotarse los ojos para ver si era real. Incluso sus propios compañeros —incluido Steph Curry— estaban alucinando.
Récords batidos
- Mayor cantidad de puntos en un solo cuarto en la historia de la NBA (37).
- Mayor número de triples en un cuarto (9).
- Mayor cantidad de tiros sin fallo en un cuarto (13/13).
Una noche de videojuego
Lo de Klay aquella noche parecía sacado de un NBA 2K con los sliders al máximo. Sin driblar demasiado, sin forzar, simplemente dejándose llevar por la inercia de la perfección. Una actuación tan pura que hasta hoy sigue siendo inalcanzable.
Klay es un jugador de pocas palabras, pero en la cancha deja claro que cuando entra en ritmo, ni una defensa entera puede detenerlo. Aquella noche fue un recordatorio: en la NBA, cualquier cosa puede pasar… y si Klay Thompson está encendido, más vale rezar.