Después de coronarse campeones en 2015, los Golden State Warriors no se conformaron. Bajo la dirección de Steve Kerr y con un Stephen Curry en estado de gracia, apostaron por llevar su estilo de juego a otro nivel. ¿El resultado? La mejor temporada regular de la historia de la NBA: 73 victorias, solo 9 derrotas. Un récord que, hasta hoy, permanece imbatido.
Temporada regular: un ciclón imparable
Golden State comenzó la temporada como un vendaval: 24 victorias consecutivas desde el arranque, pasando el ecuador de la campaña con un récord de 48‑4. Lo más sorprendente fue que no sufrieron derrotas consecutivas en toda la temporada, demostrando una consistencia pocas veces vista.
El 13 de abril de 2016, vencieron a Memphis Grizzlies y lograron su victoria número 73, rompiendo el mítico récord de los Bulls del 95/96. Además, sumaron 34 victorias como visitantes, otro indicador del poderío del equipo.
La gran figura fue Stephen Curry, que firmó una temporada histórica:
- 30,1 puntos por partido
- 402 triples anotados (récord absoluto)
- Porcentajes de 50 % en tiros de campo, 45,4 % en triples y 90,8 % en libres
Estos números lo convirtieron en el primer MVP unánime en la historia de la NBA. A su lado brillaron Klay Thompson, Draymond Green (que sumó triple-dobles, defensa y visión de juego), y Andre Iguodala, entre otros.
Steve Kerr fue nombrado Entrenador del Año, reafirmando que su apuesta por el juego rápido, el espacio y el triple había cambiado para siempre el rumbo de la liga.
Playoffs: una historia con final amargo
A pesar del dominio en fase regular, la historia no terminó como querían. Tras superar a Houston (4‑1), Portland (4‑1) y un durísimo 4‑3 contra Oklahoma City Thunder, llegaron a las Finales contra los Cleveland Cavaliers.
Golden State se puso 3‑1 arriba, pero perdió los tres partidos siguientes ante un LeBron James descomunal y un Kyrie Irving letal. La derrota por 4‑3 dolió especialmente, ya que convirtió su histórica temporada en una gran “qué habría pasado si…”.
Quinteto titular y plantilla
El quinteto habitual de aquellos Warriors fue:
- Stephen Curry (Base)
- Klay Thompson (Escolta)
- Harrison Barnes (Alero)
- Draymond Green (Ala-pívot)
- Andrew Bogut (Pívot)
Desde el banquillo, destacaban:
- Andre Iguodala (versatilidad defensiva y experiencia)
- Shaun Livingston (eficacia en media distancia y control del juego)
- Leandro Barbosa (energía ofensiva)
- Festus Ezeli y Marreese Speights (interior físico)
Una plantilla sin pívots dominantes, pero con una identidad clara: movimiento de balón, defensa de ayudas y una batería de triples constante.
Legado: el equipo que cambió el juego
A pesar de no haber ganado el anillo, estos Warriors cambiaron la NBA para siempre. Su dominio sin necesidad de un pívot clásico, el énfasis en la eficiencia del triple y el uso extremo del spacing marcó el inicio de una nueva era. Muchas franquicias reconstruyeron sus proyectos intentando imitar este modelo.
La temporada 2015‑16 no solo fue récord, fue un punto de inflexión en cómo se entiende y se juega al baloncesto moderno.
¿Y tú? ¿Qué otros equipos consideras imbatibles?
Déjanos en los comentarios tu sugerencia y cuéntanos por qué crees que deberían estar en esta lista. ¡Queremos conocer tu opinión y ampliar juntos este repaso a los equipos más dominantes de la historia!
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